jueves, 16 de junio de 2011

Unidad 5. Gestión del aula Reflexión portfolio 6

Para empezar, la actividad que vemos en el vídeo la considero muy adecuada dentro del enfoque por tareas pues, si no me equivoco, "utiliza las tareas de comunicación como unidades de organización del aprendizaje".
La dinámica de la tarea tiene muy en cuenta quienes son los alumnos, el todos con todos y el juego del tabú, se seulen realizar con mucha naturalidad en las clases de idioma en Estados Unidos.
El siguiente paso que quiero destacar es la reflexión sobre la utilidad de la actividad. Al igual está pensado para este tipo de alumnom, pero lo celebro además por lo que considero una necesidad: la reflexión sobre el proceso de aprendizaje (que además hemos constatado en este curso que es uno de lo pountos que se promueven en el Marco).
Durante la actividad se percibe el papel del docente de manera muy clara, casi podríamos decir que cumple todos los puntos que vimos en la unidad 5 en el apartado funciones del profesor:

1. Estructura, organiza y gestiona el trabajo en el aula.
2. Instruye: en algunos momentos es el centro de atención de los alumnos.
3. Pasa a un segundo plano y reduce su intervención.
4. Promueve el proceso de aprendizaje de sus alumnos.
5. Atiende a diferentes aspectos afectivos que influyen en el proceso de aprendizaje.
6. Evalúa.
7. Investiga en el aula

Finalmente, tanto en el comienzo del vídeo como en el plan de clase aparece la evaluación del profesor y del curso por parte de los alumnos, la autoevaluación y la reflexión. Desde hace tiempo las y son uno de los mejores recursos con los que cuento para mejorar mis clases y la programación.

Reflexión portfolio 5

La evaluación que realizamos en las instituciones europeas se realiza por medio de la evaluación contínua (en la que hemos de tener en cuenta dos pruebas de cada destreza por alumno más la progresión general y el desarrollo de su autonomía) y de un examen final (evaluación contínua 50% y examen final 50%). Tanto para el examen como para las pruebas de clase contamos con las escalas que nos proporciona el Instituto Cervantes para las expresión oral y escita.
Donde veo que puedo sacar más partido, tras esta unidad, es en la evaluación del progreso y el desarrollo de la autonomía del aprendiente pues es donde se nos deja actuar más según nuestros "criterios". Esto implica un trabajo extra por nuestra parte pero reconozco que merece la pena hacer un evaluación más real y justa en la que participe los alumnos en su propio seguimiento.
Hay alumnos que agradecen que se les devuelva un trabajo escrito con indicaciones, no con correcciones, de manera que puedan volver sobre el texto y mejorar lo que les señalo, de acuerdo con unas cooredenadas de colores, de manera que sepan qué es lo que tienen que cambiar. Otros no obstante no lo revisan. La labor pues de hacerles ver que su trabajo de autoevaluación es útil para ellos mismos es otro terrreno que hay que cultivar mejor, tengo que desarrollar estrategias para que cada cual sepa apreciar su propio papel evaluador.

Me gustaría empezar a utilizar fichas de evaluación, según los modelos que hemos trabajado, expuestos en Sheila Estaire. El vídeo de la clase de Cristina me ha encantado, pues se plantea una tarea de evaluación muy dinámina y efectiva. Hay mucho que conocer y trabajar en este sentido.
Me inclino fundamentalmente por la evaluación formativa. Me interesa mucho que los alumnos se cuestionen el proceso y la consecución de los objetivos. Me interesa igualmente la retroalimentación que yo pueda recibir.
Sé que el objetivo no es tan fácil como a priori me lo planteo, si pienso el tiempo del que disponemos a veces, durante el curso, llevando grupos y escuelas distintas, el aumento de nuestro trabajo al precisar y elaborar las tareas de evaluación aumentaría considerablemente. Quizás sería más conveniente formarse más profundamente en evaluación y tener unos objetivos y métodos bien claros y efectivos. Hay que economizar tiempo y esfuerzos y no dar palos de ciego.

viernes, 3 de junio de 2011

Planificación del proceso II Reflexión portfolio 4

De lo que he aprendido en esta unidad ¿Qué es lo más relevante para mí?

Dicen que los médicos pueden ver en una radiografía lo que los demás no vemos; no porque tengan un tipo de ojo distinto sino porque aprenden a leer en ese tipo de representación. Al poner a cada tipo de tarea su nombre comienzo a apreciar la estructura de los manuales que trabajo (Aula Internacional, Gente, etc.).
Adaptar materiales es algo que llevo haciendo bastante tiempo pero de una manera instintiva, eso sí, pensando mucho en el perfil de mis alumnos, sus gustos y necesidades. Después de esta unidad trabajada me siento más dentro del oficio de profesor de lenguas, con esa parte teórica que casi siempre se me ha hecho cuesta arriba pero que voy apreciando conforme la voy conociendo.

La lectura y las actividades ¿han despertado alguna curiosidad para seguir profundizando?

Bien, el curso es apretado de contenidos y estrecho de tiempo, sobre todo porque coincide con el final de las clases de este cuatrimestre y de otro curso de formación que llevo a la espalda. No obstante me he hecho un archivo con varias lecturas que quiero revisar este verano, además tengo por desempolvar algunos talleres que realizamos el año pasado en el Cervantes de Bruselas que me van a ser tambiñen muy útiles para profundizar y recordar. (No sólo quiero profundizar en esta unidad, el curso en sí me está ayudando bastante y no quiero echarle el candado una vez terminado.

¿Voy a incorporar algo nuevo a mi modo de trabajar?

Fundamentalmente voy a programar y adaptar materiales con otros ojos. Me va a resultar mucho más cómodo (y a mis estudiantes mucho más útil y agradable) moldear los manuales llevando las actividades y tareas que proponen hacia mis alumnos, y no mis alumnos hacia el manual.

sábado, 21 de mayo de 2011

Planificación del proceso I Reflexión portfolio 3

Al mismo tiempo que trabajaba esta unidad he ido leyendo el capítulo correspondiente del libro de Sheila Estaire que nos sirve de base. Tanto con la unidad como con el libro he revivido el complejo proceso de la planificación. No puedo decir que me sorprende lo detallado de los elementos que componen una unidad didáctica y de los pasos que hay que seguir hasta que se pueda considerar culminada, pues en diferentes ocasiones a lo largo de la profesión he tenido acceso a cursos y lecturas al respecto. Desde hace unos seis años trabajo con Gente y Aula Internacional, esto me ha hecho "despreocuparme" bastante por lo que considero una planificación profunda y bien reflexionada. Cuando en una de las escuelas en la que trabajé usábamos Prisma, recuerdo que ahí planificaba más; al principio tenía que realizar, tras cada sesión de clase, una revisión de las tareas que se habían hecho, pues, entre lo consciente que me dejaba ser el poco tiempo de que disponía y lo incosciente -que siempre anda por ahí diciendo esto funciona mejor que aquello- veía que faltaba pensar más en el grupo, pensar más en cada alumno y replantearme cada actividad y algunos de los temas del libro.

La planificación que llevo hoy día parte de los días previos al curso que me toca y de las dos primeras semanas de clase cuando veo que el curso ha levantado el vuelo. No obstante reviso cada semana lo que se ha hecho y lo que está por hacer. Hacia la mitad del curso suelo replantear a los alumnos los intereses que destacaron y los objetivos que nos propusimos para reconducir lo que haya podido quedar más debilitado.
No obstante reconozco que mi planificación no es tan intensa como la que estamos viendo cuando decido diseñar o retocar una actividad -pocas veces me he atrevido con toda una unidad didáctica-.

A partir de ahora me pregunto cómo va a influir este curso en mi planificación. Me interesa hablar con compañeros que han hecho un máster de ELE y comprobar con ellos hasta qué punto se codean con la planificación. Por lo pronto tengo claro que la tarea final y el tema son el eje en el que me voy a centrar para mis clases de ele, aunque suene a conclusión de Perogrullo. Espero ver vuestras respuestas a este último tema, me ayudarán a amueblar mejor mis ideas. Gracias de antemano.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Reflexión portfolio 2

¿Qué lugar ocupan el MCER y el aprendizaje mediante tareas en tu contexto de trabajo? ¿Están presentes en los profesores y materiales? ¿Tienen buena aceptación?
¿Qué has aprendido en esta unidad?

En respuesta a estas preguntas:

En los dos centros en los que trabajo usamos manuales de ELE diseñados conforme al MCER, en concreto Aula Internacional. Si he de ser sincero, no noto mucho más allá su presencia, lo cual no quiere decir que no esté presente en todos los compañeros y en los materiales que se usan. No trabajamos en equipo, esa puede ser la causa de que pase desapercibido.

He tenido contacto con el MCER en contadas ocasiones, sesiones didácticas, lecturas y en la elaboración de la programación de los cursos para la academia de un amigo en en el extranjero, en cuyo proyecto colaboré.

En esta unidad si digo aprender diría poco. He visto / entrevisto la dimensión del MCER y puedo comprender no sólo lo que puede facilitar nuestro trabajo teniéndolo presente sino lo necesario que es.
Confieso que habitualmente me han costado los metalenguajes teóricos. Con este curso me planteo muy en serio conocer el MCER, consultarlo y usarlo, que para eso está.

viernes, 13 de mayo de 2011

Mi punto de partida

Me licencié en Granada en Filología Hispánica y casi acto seguido comencé a trabajar como profesor de ELE en una academia de Granada , sin esperarlo, sin formación, sin paracaídas. Había estudiado lengua y pensaba que eso me daba instrumentos para enseñar también a extranjeros, la primera semana de clase me di cuenta de que no (corría el año 97). Conocí alguna academia más donde fui aprendiendo a tientas y a base de horas de clase, unas 27 por semana. A los cuatro años hice en la misma universidad de Granada el DEA. Después conseguí un lectorado de español en Estonia donde pasé cuatro años. Luego vino la universidad de Las Cruces, Nuevo México, donde, al mismo tiempo que daba clases de español, hice un máster en literatura hispanoamericana y enseñanza de segundas lenguas. Ahora llevo unos tres años en Bruselas, aquí trabajo en la escuela Marie Haps, colaboro con el Instituto Cervantes en los cursos para las instituciones europeas y doy también clases por internet.

Mis puntos débiles, la formación dispersa, pues casi siempre ha sido a base de lecturas de libros para profes de ele. Empecé con Cómo ser profesor y querer seguir siéndolo porque en una academia en la que trabajaba, a mi tercer año de experiencia, me endilgaron la responsabilidad de darle un curso de profesores de ele a una profesora húngara que llevaba unos cuarenta años en la profesión, sí, en nuestra profesión, os podéis imaginar lo que yo le podía enseñar. Pero no había otra elección, bueno eso o dejar el trabajo. Tuve que hacer de tripas corazón y agarrarme al citado libro y a partir de ahí empezar a usar esos otros libros que en la academia se morían de risa en un armario: los cuadernos de Profesor en acción, la revista Carabela... y así hasta llegar a La dimensión afectiva en el aprendizaje de idiomas, de Jane Arnold, una de mis lecturas y relecturas más recientes. Pero a quien más debo tal vez es a algunos compañeros con los que he compartido y practicado actividades y horas de charla sobre las clases, sus problemas, sus necesidades.
Más puntos flacos: el actor que olvida su guión delante del público. Llevo las clases bastante preparadas y escritas en un documento de word que proyecto en la pantalla mientras estamos en clase, de ahí saco enlaces a vídeos, actividades, canciones, imágenes, periódicos, etc., pero a veces me entra el miedo escénico y sigo por mi cuenta sin mirar el guión y eso me lleva por senderos enrevesados. Esto, creo, ya me pasa menos, o será que últimamente he tenido alumnos encantadores que me han hecho sentirme seguro en clase. Y de ahí viene el otro punto flaco a destacar, a veces me influye mucho el personal al que me enfrento, a veces tienes la mala suerte de encontrar a gente bastante negativa y alguna, todo hay que decirlo, con problemas que escapan a su control y al mío. En fin corramos el socorrido velo tupido.

Mis puntos fuertes, creo que con el tiempo voy aprendiendo a escuchar a los alumnos, a llegar a ellos, ver sus necesidades, sus intereses, sus gustos, sus estados de ánimo y tener para las clases recursos que puedan hacer mejorar el ambiente o la atención. Claro que no siempre es así. En este sentido echo de menos la secuenciación de tareas perfecta: para ir acercándome a su práctica y a su conocimiento me he inscrito en este curso.

Como alumno de lenguas... me tengo que parar un poco a pensar, de niño estudié francés en el colegio, el profesor era muy bueno, aunque el método era bastante malo -o eso tengo la obligación de decir-. El caso es que de mi colegio salíamos hablando francés con tres años de idioma y en el instituto lo olvidábamos pues vivíamos, esos cuatro años siguientes, de las rentas. El inglés, hasta donde he llegado -no muy lejos-, lo he aprendido casi solo, a excepción de algún curso breve en Estonia y otro en Estados Unidos. La profesora de Nuevo México era excelente, me gustaba de su clase la variedad de actividades que proponía para cada unidad y el buen ambiente que se respiraba. Las cosas que no me han gustado, de otros profesores, el desinterés, la improvisación acompañada de falta de recursos, la falta de empatía, la falta de formación.

Mis alumnos son, a grandes rasgos, de dos tipos: gente variopinta con ganas y motivación en la escuela Marie Haps, y funcionarios con estrés y con la mente en otro sitio (el trabajo) en las instituciones europeas. Con los primeros, el trabajo, a pesar de la falta de medios, suele ir como la seda; con los segundos, a pesar de la abundancia de medios, suele ser más difícil: hay días que hacer sonar la orquesta requiere un esfuerzo titánico, suelo acabar reventado tras cada sesión.

Las funciones que realizo: las que siempre me han gustado, profe de ele a secas, de a pie y en constante búsqueda de mejora en la profesión. Qué se espera de mí, depende de quien tenga que esperar. Si nos referimos a los dos tipos de alumnos mencionados, los primeros: aprender rápido y pasarlo bien. Los segundos: tal vez esperan aprender español a cambio de poco o nada de esfuerzo. Tal vez sea éste mi verdadero reto, hacer de estos grupos equipos de aprendientes autónomos, aunque el tiempo que van a dedicar al español pocas veces pasa del que invertimos en clase, o sea, habrá que aprovechar las clases al cien por cien y tenerlos motivados minuto a minuto. Ahí es nada.